En los años 60 del S. XX el mundo ya ha sido plenamente reconstruído tras la II Guerra Mundial. La primera generación nacida tras el fin de la contienda comienza a incorporarse a la vida pública y todos los presupuestos ligados a la socialdemocracia parecen ya no ser suficientes para mantener la sociedad cohesionada. La confrontación con el sistema comunista del llamado Bloque del Este; el miedo al holocausto nuclear; la anacrónica pervivencia del colonialismo europeo, especialmente en África; los conflictos enquistados a nivel social, racial y cultural aparentemente inaplazables que de un extremo a otro asolan especialmente a América; una economía que, paradójicamente, se expande global y una extraña combinación de fe y desconfianza a partes iguales en el progreso tecnológico, parecen dibujar un mundo que, por primera vez, se sabe al borde de la destrucción total.

En ese panorama, o precisamente por él, emerge el turismo como fenómeno industrial, porque nada puede entenderse ya fuera del ciclo productivo, pero también por la necesidad de aplicar un bálsamo a una existencia frenética y ávida por desideologizarse. El turismo se convierte así en un espacio de aplazamiento de la conciencia que requiere de un diseño acorde con esta experiencia. El llamado Estilo Internacional es probablemente el aliado perfecto. Heredero de la Bauhaus, asume la necesidad de trascender lo vernáculo, al ser lo suficientemente higiénico como para crear soluciones eficientes acordes al sueño de la modernidad. Sin embargo, la necesidad de trasladarse obliga a un segundo giro, crear espacios ventana capaces de mostrar el territorio, pero sin hacer una incursión excesivamente molesta en la realidad, lo justo para que al espectador le resulte evidente que no todos los lugares son iguales.

‘All tomorrow’s parties’ se plantea no tanto como una segunda parte de ‘Historia de un incidente’, la exposición que el MIAC inauguró en julio de 2017, sino quizá, a destiempo, como el germen de esta. Si en aquella se exploraba la fricción entre la incomodidad y la acomodación del tejido cultural a una nueva situación política a partir de los 70, en esta incidimos en la situación previa durante los 60, que explica en cierta forma lo que acabará aconteciendo. Del mismo modo, esta exposición reflexiona sobre un nuevo signo del tiempo en el que los espectadores pasan a convertirse ellos mismos en parte del espectáculo. Esta idea es extrapolable al arte y todas las manifestaciones que en los 60 rompieron la frontalidad existente entre el espectador y la obra, creando una situación envolvente en la que todo pasaba a formar parte de una experiencia. Esta transformación se dio en el programa político de las neo-vanguardias, aunque es especialmente significativo el cinismo del arte pop al fusionar espacio lúdico y producción en cadena. Al encontrar su máxima expresión en la discoteca, la experiencia artística se celebra a través de una fiesta que disfraza la cancelación del futuro. En este espacio, resuenan los ecos de la modelo y cantante Nico y su estribillo “¿Y qué traje usará la pobre chica en todas las fiestas del futuro?”

ENCUENTRO FIN DE FIESTA

En torno a la exposición “All Tomorrow’s Parties” se desarrollarán dos ponencias en las siguientes fechas:
Fecha y Hora: 4 octubre | 20:00 h
Lugar: Sala Colección | MIAC- Museo Internacional de Arte Contemporáneo
Info: Ponentes Pablo León de la Barra y Ángela Ruíz

Fecha y Hora: 25 octubre | 20:00 h
Lugar: Sala Colección| MIAC- Museo Internacional de Arte Contemporáneo
Info:  Irene de Andrés y Cristina Maya

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